La experiencia del subsidio público a medios locales en el Reino Unido
por Martín Becerra

En el Reino Unido, una parte menor del financiamiento público a la BBC es derivada desde 2016 como subsidio de medios locales comerciales. La premisa de ese subsidio público es que los medios locales son casi inviables en el ecosistema digital resintiendo así el tratamiento de las noticias de menor escala que son, sin embargo, esenciales para la convivencia de las comunidades y que forman parte del juego democrático de las mismas. Si el tema era importante antes de la pandemia Covid-19, en la actual coyuntura y en los años futuros, con mayor retracción de ingresos publicitarios y por ventas del sistema de medios, este tipo de política resulta fundamental.
El subsidio público a empresas periodísticas locales con lógica de lucro dispuesto en el Reino Unido tiene exigencias, a modo de externalidades sociales de ese apoyo: los medios que reciben el socorro económico deben cubrir temas de interés relevante para las comunidades -asuntos que no serían cubiertos por la lógica de lucro- realizando una tratamiento que en la tradición regulatoria británica denominan «imparcial» (por ejemplo, consultando fuentes diversas, diferenciando la opinión de la información, evitando el panfleto de carácter faccioso ante cada cuestión abordada).
A pesar de su volumen, pequeño en relación al presupuesto anual de la BBC, el programa tiene impacto a nivel local. Sus recursos ascienden a 8 millones de libras esterlinas anuales (es decir, unos US$ 10,3 millones) que aporta la BBC de un presupuesto total de 4 mil millones de libras esterlinas (es decir, unos US$ 5066 milllones), mayormente, pero no únicamente, aportado por el canon anual que pagan todos los hogares británicos para mantener su servicio público.
En su objetivo general, que es producir contenidos relevantes para la comunidad que la lógica comercial no provee, contenidos que no deben ser ni publicitarios ni facciosos, el subsidio público a medios comerciales locales del Reino Unido funciona bastante bien con esta política instaurada en 2016 tras un par de años de análisis y debate: el número de noticias hechas y difundidas es alto y los periodistas viven de su trabajo. Lo que parece una perogrullada, sin embargo no lo es, dada la crisis terminal del modelo económico de los medios tradicionales que en este blog viene comentándose hace tiempo (ver Ensayo sobre medios locales y desertificación, Bad news para Google, Comentario sobre el duopolio digital o Las cámaras empresariales de medios piden ayuda estatal).
No obstante, como política que en principio extenderá su duración hasta 2026, este subsidio público a medios comerciales tiene problemas también. Es relevante repasar esos problemas, porque esta respuesta del Reino Unido se ensaya o ensayará cada vez más en otros países.
Steven Barnett y Roy Greenslade hacen una evaluación de las zonas erróneas de esta política pública. Para ellos los principales problemas son que no se está controlando que los periodistas que cubren los temas alcanzados por el subsidio no estén desplazando a otrxs redactorxs en los medios ayudados con fondos públicos, paradójicamente colaborando indirectamente, de este modo, con despidos; tampoco existe una política clara, según Barnett y Greenslade, cuando los dueños o editores de los medios locales subsidiados buscan tergiversar la misión de servicio público que tiene el subsidio y usarlo en notas de mayor impacto sin interés comunitario claro (para mejorar el reach) o con fines comerciales; la falta de auditoría estricta del programa de subsidios a medios locales es el tercer problema que plantean los autores, problema que contrasta con la rigurosa transparencia que le reconocen a la BBC en todas sus políticas… excepto en esta.
Todo el planteo crítico de Barnett y Greenslade merece ser ponderado, no porque sea lo único a considerar en una política de subsidio público a medios locales, sino porque se le pueden agregar más criterios de evaluación, pero los que ellos marcan son insoslayables.
La evaluación del esquema de subsidio público a medios locales en el Reino Unido es una noticia del futuro cercano porque -salvando las distancias con UK- la supervivencia del periodismo local en otros países también es inviable sin socorro público o mecenas privados. En América Latina esta es una realidad conocida por periodistas, anunciantes, políticos y públicos de todos los países.
Mañana 7 de junio se conmemora el día del periodista en la Argentina (recordando la primera edición de La Gazeta de Buenos Ayres, dirigida por Mariano Moreno en el marco de la Primera Junta). La fecha es una buena ocasión para reflexionar sobre estas cuestiones y para diseñar estrategias que salven lo que queda del periodismo local en el país.

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